Recibimos algunas pintura hechas por los chicos del Taller de Arte Casiano León y las colgamos en la biblioteca. La consigna fue escribir un cuadro, escribir sobre lo pintado. A los chicos no les costó nada que cada una de las pinturas les contara la historia que guardaba.
30.5.14
29.5.14
Listas e inventarios
Leímos La llave de oro, de los Hermanos Grimm y nos preguntamos muy intrigados qué es lo que habría dentro del cofre. Imaginamos una lista de cosas que podría contener. Antes de escribir las listas leímos dos inventarios de lujo, Inventario de Jacques Prévert, e Inventario de Jorge Luis Borges. Con esas lecturas como faros los chicos escribieron unas listas muy interesantes.
Una mañana
un hotel
una mamá despertando a su hija
una muchacha que se despierta
un servicio a la habitación
un desayuno
lluvia
más lluvia
un par de guantes un gorro una campera
un paraguas
una escalera
varios escalones
una recepción
una puerta abierta
unos charcos
lluvia
una parada de bus gente esperando el 70
un bus de dos pisos
un tour
alguien que ve el big ben
un bus que frena
un café una taza de té una croissant una cuenta
gente bajo la lluvia
un subte
miles de estaciones
gente bajando y subiendo
una multitud de gente
un parque
unos jardines grandes
una reina un palacio
una noche un restaurant un hotel
una habitación
un cansancio
gente empapada
unos pijamas
unas camas desarmadas
una luz que se apaga
unas gentes dormidas
un sueño.
JUANA L.P.
TATU
28.5.14
Mirar con ojos nuevos
Hoy leímos “El libro de la Selva de Londres” de Shyam Bhajju, pintor perteneciente a la tribu Gond de la India. Como él cuando vio por primera vez Londres, intentamos describir lo que nos rodea con ojos nuevos, como si lo conociéramos por primera vez. Así, un avión, una cámara de fotos o una biblioteca, pueden convertirse en animales extraordinarios.
26.5.14
23.5.14
Canción para Celestino alias El Sapo
Los chicos fascinados con la historia que nos contó el papá de Valentín decidieron escribir una canción para Celestino Salvatierra alias El Sapo y la genia de Lucía Ruiz Guiñazú la musicalizó. Escuchen la canción aquí.
El sapo era un guía
que vivía en la montaña
y tenía mucha maña
se robó una porción de torta
también era ladrón y comilón
era amigo de guanacos
y también de pajarracos
se comía a los cabritos
que eran todos muy bonitos
los policías lo perseguían
lo querían vivo o muerto
pero el sapo se escapaba
en las cuevas se ocultaba
y así nadie lo encontraba
Si el zorro te macanea
parecés una tipa fea
como un gordo en la bañera
sin que nadie te quisiera.
22.5.14
Canción mojada
Volvió a visitarnos Lucía Ruiz Guiñazú y escribimos una canción lluviosa. Las musas estaban humedecidas y nos costó mucho editarla. Esperamos que después de escuchar el fragmento que grabamos, la lluvia decida abandonarnos por unos días.
21.5.14
Documentación y catalogación de hallazgos
Para llevar un registro de lo observado y de los objetos encontrados los exploradores del taller hicieron fichas donde documentaron sus descubrimientos. Documentos únicos y valiosísimos con croquis detallados que serán material de consulta para futuros expedicionarios.
19.5.14
16.5.14
Visita de lujo
Hoy visitó el taller Félix Acuto, arqueólogo y papá de Valentín. Hablamos de cómo se prepara un explorador antes del viaje, de la antigua cultura Inca y nos mostró fotos de una de sus últimas expediciones al Nevado de Cachi. Nos contó historias de guanacos, zorros a los que mejor no ver de frente, y del guía que los acompaño, Celestino Salvatierra, alias el Sapo, ladrón de tortas. Al final sacó de distintas cajitas puntas de flecha, piezas de cerámica y hasta una mandíbula de cabra.
15.5.14
Tribus y parcialidades
¿Qué pasaría si nos perdiéramos en algún lugar del mundo y nos encontráramos con una población desconocida? Los chicos inventaron tribus y parcialidades y describieron sus costumbres y forma de vida.
14.5.14
Diario de explorador
Leímos Mi papá estuvo en la selva, de Gusti y Anne Decis, hablamos de las águilas harpías, de las pirañas y de los monos aulladores. Nos imaginamos la cantidad de peligros que podríamos vivir y seguimos tomando notas en nuestros diarios de exploradores.
9.5.14
Explorando el sonido
Después de leer algunos fragmentos de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, la descripción de la isla flotante de Laputa y su cultura imaginamos cómo sería el paisaje sonoro de los lugares que recorrerían nuestros exploradores. Hablamos de los nativos australianos y de su costumbre de poner en canciones los mapas de su territorio bajo la forma de Songlines y escuchamos los sonidos del desierto de Gobi y de las focas de Alaska.
8.5.14
Instrucciones útiles y disparatadas
Leímos Instrucciones para llorar de Julio Cortázar y nos divertimos mucho con Instrucciones para despertar a una silla dormida de Pablo Prestifilippo. Pensamos qué tipo de instrucciones podíamos inventar nosotros. Por ejemplo instrucciones para sacarse un diente, para echarle la culpa a otro, para disimular que tengo piojos, para caminar con tacones, para fingir un dolor de cabeza, para que mi mama se saque una ropa que le queda horrible y un montón más de instrucciones útiles y disparatadas.
7.5.14
La luz de los exploradores
La luz de los libros
por Angeliki Varella
Los dos hermanos solían jugar con un globo terráqueo. Mientras le daban vueltas y más vueltas, con los ojos cerrados, señalaban un punto cualquiera con el dedo. Y si ese punto era Pekín, Madagascar o México, buscaban en la biblioteca libros que contaran historias de esos lugares.
Les encantaba leer. Disfrutaban con la lectura. La luz en su ventana permanecía encendida hasta muy tarde.
Guiados por la "luz" de los libros, recorrieron la Gran Muralla China, escucharon la canción del Océano junto a los vikingos, vivieron a la sombra de las pirámides en el Antiguo Egipto, se deslizaron en trineo por lagos helados junto a los esquimales, participaron en los Juegos Olímpicos de la antigüedad y recibieron la corona de olivo de los campeones.
Cuando por fin se quedaban dormidos, los cuentos, las historias, las leyendas, los lugares, los escritores, los héroes se mezclaban en sus sueños y los acunaban dulcemente: Esopo contaba sus fábulas a Sherazada en lo alto de la torre Eiffel, Cristóbal Colón escuchaba a Tom Sawyer relatar sus travesuras en un barco del río Mississippi, Alicia viajaba por el País de las Maravillas junto a Mary Poppins y Andersen narraba sus cuentos a la araña Anansi frente a una pirámide.
El juego con el globo terráqueo y los libros era divertidísimo porque parecía interminable. Los dos hermanos habían encontrado la manera de ser navegantes y exploradores a través de las páginas. La "luz" de los libros les permitía conquistar todo el planeta, vivir en diferentes civilizaciones y épocas, admirar su diversidad. Podían descubrir la vida en el inmenso mundo que había más allá de su pequeño cuarto. Volaban muy lejos, viajaban y soñaban.
Y, por supuesto, ¡siempre se olvidaban de apagar la luz!
—Chicos, ¡duérmanse de una vez! —les pedían sus padres—. Ya es muy tarde. ¡Apaguen la luz!
—No podemos —contestaban muertos de risa—. La "luz" de los libros no se apaga nunca.
Traducción de la versión en inglés: Laura Canteros.
Con este lindísimo texto de Angeliki Varella comenzamos el Taller de exploradores.