Después de leer Nada de mascotas, de Melina Pogorelsky y Finn Herman de Mats Letén nos preguntamos si nuestras mascotas piensan que son personas, si cuando maúllan, ladran, relinchan, balan, graznan y aúllan intentan hablarnos. Nos preguntamos muchas cosas y muchas quedaron sin respuestas. De lo único que quedamos cien por ciento convencidos es que a las mascotas les gusta que les cuenten historias, buenas historias Y eso hicieron los chicos, sabiendo que no es lo mismo escribir para un gato que para un pez, los chicos escribieron un cuento para sus animales.
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