Árboles de Magnolias, cajas de cartón, jarrones chinos. Los refugios son tan variados como sus dueños; ellos nos resguardan y a cambio les ofrecemos nuestros mayores secretos. Después de leer “Héctor, el hombre extraordinariamente fuerte”, de Magali Le Huche y “Pinzón en la tormenta”, de Wouter van Reek, los chicos construyeron sus propios refugios, santuarios, donde es propicio escribir.
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