Si a un cuento se lo abandona por un tiempo, es bastante probable que mute en la noche como un animal fantástico. O tal vez sea uno mismo el que se transforme inadvertidamente. Por eso, hoy los chicos volvieron a leer sus propios textos y se dedicaron con enorme concentración a la tarea de corregirlos. En ocasiones rescataron palabras como de un naufragio y dejaron de lado todo lo demás; o continuaron desarrollando una misma historia, continuándola en el tiempo; cambiaron comas, puntos, situaciones; corrigieron, crearon.
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